El marketing directo es un sistema interactivo que utiliza uno o más
medios de comunicación para obtener una respuesta medible en un público
objetivo. La forma más común de marketing
directo es el mailing por el que los responsables de marketing envían sus
mensajes a los consumidores de una determinada área, generalmente, extraídos de
una base de datos. Una variedad del mailing lo constituiría el buzoneo que
consiste en la introducción de folletos y otros elementos publicitarios
directamente en los buzones de los edificios.
El segundo método más común de marketing directo es el telemarketing por el que
las compañías llaman a números de teléfono que han sido previamente
seleccionados o bien al azar. También es posible realizar envíos de marketing
directo a través de Internet -e-mailings-, que, cuando se desarrolla de manera
maliciosa, es comúnmente conocido como spam. Por último, existe un cuarto método
que consistiría en el envío masivo de faxes, si bien es menos común. El
marketing directo difiere de los métodos habituales de publicidad en que no
utiliza un medio de comunicación intermedio o se expone en público, como por
ejemplo, en el punto de venta. Por el contrario, se envía directamente al
consumidor. Algunas de las ventajas que se predican del marketing directo son:
Es un método rápido y económico de llegar al consumidor.
Teóricamente, se dirige directamente a los potenciales clientes de un producto o
servicio por lo que su efectividad es mayor que otros medios masivos. La
mayor parte del marketing directo es realizado por compañías cuya única función
es diseñar y ejecutar este tipo de publicidad. Generalmente, utilizan bases de
datos de consumidores y muy a menudo manejan criterios muy sofisticados para
incluirlos o eliminarlos de sus listas da marketing. Al tratarse de una
comunicación interactiva entre la empresa y el cliente, su uso como herramienta
de marketing y comunicación se ve fuertemente condicionado por las legislaciones
existentes en cada país sobre el uso de datos de carácter personal. De ahí que
en sociedades no excesivamente restrictivas con el uso de la información de
carácter personal (EE.UU) tenga más eficacia que en otras economías más celosas
del uso de este tipo de datos (Alemania, España, etc.). En estos países tan
celosos de la intimidad de sus ciudadanos sólo se puede producir una
comunicación interactiva con un cliente si sus datos personales (nombre,
dirección postal, teléfono)se encuentran en un directorio público (guía de
teléfonos u otros directorios públicos) o se ha recabado de ellos un
consentimiento expreso para ese tipo de comunicación.
[ Colaborado por: Rosario Garcia como modo de colaboración
para Agendistas.com
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