Las vitaminas son un grupo de biocatalizadores indispensables para el buen
funcionamiento de los seres vivos. Desde el punto de vista químico, las
vitaminas poseen una composición muy variada, por ello el denominador común que
las agrupa es su papel fisiológico como sustancias biocatalizadoras de los
complicados procesos químicos que tienen lugar en el seno de la materia viva. La
falta o deficiencia vitamínica en las
reacciones, acarrea en los organismos serias perturbaciones que se conocen con
el nombre de carencias vitamínicas o avitaminosis, aunque es mucho más correcto
denominarlas hipovitaminosis, ya que en la práctica tales enfermedades obedecen
no a la falta total de vitaminas, sino a una notoria disminución en su aporte
alimenticio. Clásicamente, se han establecido dentro de las vitaminas dos
grupos, según su capacidad de disolución en el agua o en las grasas. Así, se
dividen en liposolubles (solubles en las grasas o en los disolventes de éstas) e
hidrosolubles (solubles en el agua).
Vitamina A. C20H29OH. Vitamina liposoluble, también llamada vitamina
antixeroftálmica, vitamina antiinfecciosa o retinol. Es un lípido isoprenoide
derivado de la carotina. Se encuentra como provitamina asociada a la clorofila
en aquellos productos vegetales ricos en carotinoides, tales como tomate,
zanahoria, pimientos y plantas verdes (escarola, lechuga, etc.). También se
encuentra en productos de origen animal, como en el aceite de hígado de bacalao,
la yema de huevo, la leche y la mantequilla. Es un componente de los pigmentos
visuales, y esencial para el crecimiento normal y mantenimiento del tejido
epitelial. Su deficiencia en la dieta ocasiona varios trastornos como
xeroftalmia o desecación de la conjuntiva del ojo por disminución de la
secreción lacrimal; detención del crecimiento en organismos jóvenes; ceguera
nocturna o hemeralopía, dificultad de regeneración de la púrpura retiniana sobre
la retina del ojo.
Vitamina B. Vitamina hidrosoluble, también llamada Complejo vitamínico B.
Comprende más de 25 vitaminas, muchas de las cuales actúan como coenzimas. Entre
ellas citar las vitaminas B1, B2, B3, B6, B12, y la niacida. Vitamina B3.
También conocida como ácido pantoténico, es esencial para la nutrición de
algunas especies animales. Vitamina B6. Se encuentra en los alimentos en
forma de piridoxal, piridoxina y piridoxamina, tres formas hidrosolubles,
químicamente relacionadas; su actividad fisiológica y requerimientos en la dieta
no son muy conocidos. Vitamina B12. También conocida como cobalamina,
cianocobalamina o factor extrínseco, es un compuesto polipirrólico que contiene
cobalto trivalente, y es un factor antianemia perniciosa, fundamental para la
hematopoyesis.
Vitamina B1. También denominada vitamina antineurítica o tiamina. Se
encuentra principalmente en alimentos vegetales, siendo especialmente abundante
en la cascarilla de arroz. Su deficiencia ocasiona una enfermedad denominada
beriberi, en la que se halla afectado especialmente el sistema nervioso por
insensibilidad y parálisis. Vitamina B2. También llamada riboflabina. Se
encuentra en todas las células, pero especialmente en la leche y levaduras, y es
coenzima de las flavoproteínas (enzimas que participan en la cadena de
transporte electrónico del proceso respiratorio). La deficiencia de vitamina B2
ocasiona fisuras y costras en la piel de la cara, labios y orejas, así como
alteraciones en los ojos.
Niacida. También llamada vitamina antipelagrosa o ácido nicotínico.
Químicamente es la amida del ácido nicotínico, que forma parte de los piridín-nucleótidos;
por tanto, tiene un importante papel como coenzima. Es especialmente abundante
en el hígado, carne, leche, cascarilla de arroz y levadura. La deficiencia de
niacida produce una enfermedad en el hombre llamada pelagra, que ya fue descrita
en el año 1762 con el nombre de mal de rosa, por el médico español Gaspar
Casal.La pelagra conlleva la aparición de eritemas o enrojecimientos cutáneos en
el dorso de manos y brazos, en el cuello, rostro, y otras zonas de las piel que
están muy expuestas al sol. Su deficiencia en el perro produce una enfermedad
denominada lengua negra, en la que la lengua se vuelve oscura y va acompañada de
gangrena. Vitamina C. Vitamina hidrosoluble, también llamada vitamina
antiescorbútica o ácido ascórbico. Químicamente es el ácido ascórbico, que
deriva de la glucosa a través de una serie de compuestos intermedios. Es muy
abundante en los vegetales secos, aunque principalmente se encuentra en el zumo
de limón, naranja, tomate y kiwi. También es abundante en la leche. Se destruye
fácilmente por acción del calor y de la desecación, por lo que los alimentos en
conservas, los alimentos secos y la leche esterilizada carecen de ella, y una
dieta basada exclusivamente en este tipo de alimentos produce trastornos
carenciales. La falta de vitamina C origina la enfermedad denominada escorbuto,
que se caracteriza por hinchazón y hemorragia en las encías, acompañada con la
caída de dientes. Las hemorragias pueden extenderse a otras partes del cuerpo y
si no se combate adecuadamente la enfermedad con alimentos o medicamentos ricos
en vitamina C, puede llegar a fases avanzadas y ocasionar la muerte. En los
niños alimentados con leche esterilizada, aparece el escorbuto infantil o
enfermedad de Barlow, con síntomas parecidos a los de los adultos y también con
dificultades en la osificación del esqueleto.
Vitamina D. Vitamina liposoluble, también denominada vitamina antirraquítica
o calciferol. Derivada de esteroides como la ergosterina o la colesterina, que
presentan en su composición química el ciclo pentano-perhidro-fenantreno. El
calciferol o ergocalciferol es la vitamina D2 y el colecalciferol la D3. La
vitamina D es poco frecuente en los productos vegetales; se encuentra
principalmente en alimentos de origen animal, tales como aceites de hígado de
pescado (bacalao), yema de huevo, mantequilla, etc. A veces penetra en el
organismo a nivel de la piel en forma de provitaminas, y se transforma en
vitamina por acción de los rayos ultravioleta (baños de sol). Desempeña un papel
primordial en el metabolismo del calcio y del fósforo, facilitando su absorción
intestinal y su fijación en los huesos y dientes para una correcta calcificación
de los mismos. La deficiencia de vitamina D ocasiona por tanto perturbaciones en
la osificación, originando raquitismo (deformaciones óseas), en niños, u
osteomalacia (reblandecimiento óseo) en adultos. El exceso de vitamina D puede
producir efectos tóxicos para el organismo.
Vitamina E. C29H50O2. Vitamina liposoluble, también llamada vitamina
antiestéril o tocoferol. Químicamente es el tocoferol, y se relaciona con los
lípidos isoprenoides. Comprende ocho compuestos relacionados, de los cuales el
-tocoferol es el que posee mayor actividad. Se encuentra principalmente en el
germen de las semillas de cereales, principalmente de trigo; en aceites
vegetales, como oliva, algodón, etc.. En los alimentos de origen animal es menos
frecuente, aunque está presente en algunos, como la yema de huevo y la
mantequilla. La deficiencia de vitamina E ocasiona trastornos en la función
reproductora: esterilidad en los machos y abortos en las hembras. Vitamina K.
Vitamina liposoluble, también denominada vitamina antihemorrágica o
naftoquinona. Químicamente es la metil-naftoquinona. Es no esteroide y no
saponificable. Se encuentra principalmente en las partes verdes de plantas como
espinacas, coles, alfalfa, etc., así como en tomates y aceites vegetales. Se
encuentra también en alimentos de origen animal como tocino e hígado de cerdo.
No es esencial tomarla en la dieta ya que las bacterias intestinales son capaces
de sintetizarla. Es esencial para la formación de protrombina, por lo que la
deficiencia de vitamina K ocasiona hemorragias por disminución del poder de
coagulación de la sangre.
[ Colaborado por: Rosario Garcia como modo de
colaboración para Agendistas.com
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