Los salarios mínimos son la protección menor que la sociedad concede a los
millares de hombres que conducen una existencia que en muchos aspectos está más
cerca de la animal que de la humana, pero con cuya energía de trabajo se
cultivan los campos de los nuevos latifundistas salidos de la política agraria
de nuestros gobiernos revolucionarios, o se construyen las máquinas, las
fabricas y los caminos, los monumentos, las iglesias y las mansiones de los
ricos, o se multiplican las fortunas de los mercaderes a quienes Cristo arrojó
del templo.
Se cuenta que Australia y Nueva Zelanda son los dos primeros pueblos que
legislaron en la Edad Contemporánea
sobre los salarios mínimos, y parece que aquella legislación constituyo una
fuente de inspiración para el general Salvador Alvarado en su intento creador de
un nuevo orden social para el estado de Yucatán.
[ Colaborado por: Rosario Collado Mafius, como modo de
colaboracion para Agendistas.com
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